Mala praxis al no identificar un brote a tiempo

Se considera brote, un exceso superior al nivel esperado (es decir, habitual) de una enfermedad en un área geográfica definida. Cuando se produce un brote, es muy importante reconocerlo a tiempo para evitar más su expansión.

En los hospitales pueden producirse brotes relacionados con infecciones hospitalarias (como puede ser la neumonía nosocomial); estas son más recurrentes de lo que nos imaginamos. En estos casos, se tiene en cuenta un periodo de 48-72 horas desde que un paciente llega al hospital, para establecer si se ha producido una infección hospitalaria. De no identificarse a tiempo, puede ser sinónimo de mala praxis médica

Un brote epidémico puede llegar a tener graves consecuencias en la población y, por ello es muy importante que tanto en hospitales como en centros de salud se tomen las medidas precaucionases adecuadas, con el objetivo de prevenir la expansión del mismo.

El paciente debe saber que en caso de enfermar en el hospital debido a problemas de higiene, le amparan una serie de derechos y que en el caso de que algo salga mal, puede reclamar de manera completamente legal.

Existen dos tipos de brotes:

  • Adquiridos en la calle: infecciones transmitidas a través de los alimentos, por el aire, etc.
  • Asociados a la atención sanitaria: cuando dos o más casos de infección parecen estar relacionados epidemiológicamente. Cuando se trata de infecciones hospitalaria y esta no es tratada a tiempo, es posible que estemos ante una negligencia médica (más información)

De estar ante un brote, lo primero que hay que hacer es dentificar el agente causal, así como la fuente de infección mediante mediante el estudio de la ocurrencia de la enfermedad entre personas, lugares o tiempos. 

La fuente puede ser:

  • Común o puntual: mismo origen (o sea, se identifica que una misma persona o vehículo es el reservorio, es decir el medio de transmisión principal). 
  • Propagada o continua (transmisión en desarrollo): las infecciones se transmiten de persona a persona de tal manera que los casos identificados no pueden atribuirse a agentes diseminados a partir de una fuente única.
  • Intermitente (o sea, común y propagada a la vez): la exposición intermitente a una fuente común origina una curva epidémica con cumbres espaciadas irregularmente.

El siguiente paso será determinar las tasas de contagio y, una vez hecho esto, se tomarán las debidas precauciones para impedir una mayor diseminación.

Es muy importante realizar un seguimiento correcto del brote y saber identificarlo, para poder prevenir su expansión y contagio.

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