Iatrogenia: ¿qué es?

Las negligencias médicas concurren, inevitablemente, desde que existe la medicina moderna. Eso quiere decir que no sólo tenemos que estar atentos a ofrecer toda la información posible al profesional de la salud que puede atendernos en distintas circunstancias, sino además que debemos saber cómo actuar si, eventualmente, nos encontramos ante una mala praxis médica. 

De hecho, una confusión habitual entre pacientes que han sufrido una atención médica deficiente es creer que la iatrogenia o yatrogenia es exactamente lo mismo que una mala praxis, cuando hay notables diferencias entre ambas, y en ellas queremos centrarnos para que puedas distinguirlas.

Los abogados expertos en negligencias médicas se encargan, de hecho, en remarcar la delgada línea de separación entre ambos cuadros, y que es imprescindible saber clasificarlos para, de esa manera, recurrir a un especialista e iniciar una demanda.

 

Entonces, ¿qué es la iatrogenia o yatrogenia?

La iatrogenia viene de las palabras griegas iatros (médico) y génesis (creación), y hace referencia a los daños provocados precisamente por sus decisiones; un concepto que puede parecer contradictorio, pero que no lo es.

Básicamente, pueden caracterizarse bajo esta idea los nulos o incorrectos tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas del profesional de la salud o, en algunos casos, incluso el diagnóstico. 

Considerando esto, siempre se le debe advertir al paciente sobre potenciales efectos adversos de cualquier medicamento o terapia que va a iniciar, para que decida si está dispuesto a afrontarlos. Un claro ejemplo de lo que mencionamos son los prospectos que obligatoriamente acompañan a los medicamentos. 

Para los médicos, eso significa que constantemente tienen que estar actualizándose acerca de los últimos avances científicos, avisando a los pacientes sobre los riesgos que entrañan los tratamientos suministrados. 

Clases de daños propios de la iatrogenia

Dentro del espectro de la iatrogenia, pueden distinguirse tres clases de daños:

  • Predecibles: cuando se conocen los efectos de un tratamiento y son advertidos al paciente.
  • Accidentales: cuando aparecen efectos inesperados o desconocidos, en casos excepcionales, y debe suspenderse la medicación o el tratamiento hasta averiguar más al respecto.
  • Negligencias: cuando surgen problemas como consecuencia de una mala decisión o ejecución médica. 

Es concretamente en la última de estas situaciones que el abogado experto en negligencias médicas realiza su trabajo, recopilando las pruebas suficientes para demostrar que existió una negligencia médica evitable. No son pocos los casos en los que una aparente iatrogenia predecible o accidental oculta una actuación médica negligente, convirtiendo la intervención de los abogados en esencial. 

Diferencia con la mala praxis médica

La iatrogenia es la consecuencia o efecto negativo de una acción correcta, adecuada, incluso, la indicada; y la mala praxis es la consecuencia negativa de un acto incorrecto, errático, negligente, imperito o impropio.

La iatrogenia se identifica en el paciente, a través de algún tipo de alteración. La mala praxis, se identifica en el médico o el equipo de salud. Puede haber iatrogenia sin mala praxis, y mala praxis sin iatrogenia.

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