Infección urinaria y problemas más comunes relacionados con el error médico

Aunque a veces pareciera que no, los profesionales de la salud son seres humanos como nosotros. Pueden cometer equivocaciones, pero, a diferencia de lo que sucede con otras profesiones, cuando esto ocurre las consecuencias de los fallos son mucho más graves, y traen aparejadas consecuencias.

Precisamente, uno de los problemas más comunes relacionados con el error médico es la infección urinaria. Infección urinaria como resultado de una intervención desafortunada, que no salió como debía.

El caso es que, aunque las infecciones urinarias son relativamente frecuentes a lo largo de la vida, sobre todo en mujeres, en ocasiones su aparición no se debe a otra causa más que la propia acción médica. Enfocándonos en estas situaciones concretas, podemos clasificar las infecciones en dos grupos:

  • Infecciones urinarias de las vías altas, por ejemplo, la pielonefritis aguda, la nefritis bacteriana aguda, los abscesos intrarrenales y los abscesos perinéfricos.
  • Infecciones urinarias de las vías bajas, por ejemplo, la cistitis, la uretritis y la prostatitis.

Es muy habitual que sea la bacteria Escherichia coli la responsable del diagnóstico de este cuadro. Sus síntomas son muy diversos, pero por lo general se repiten algunos como cierta sensación molesta, de ardor o escozor, al orinar. También es habitual sentir la necesidad de ir al baño con mayor regularidad de lo que se acostumbra. No se puede descartar tampoco el dolor penetrante.

Por ello, es fundamental saber que este trastorno requiere del inicio de un tratamiento de inmediato. Posponerlo, o prescindir del mismo, solo hará que la infección urinaria pueda derivar en complicaciones. Exactamente igual si el diagnóstico que realiza el profesional de la salud no es exacto.

Justamente en estos últimos casos, en los que tenemos que convivir con una infección urinaria como resultado de un diagnóstico o intervención desafortunada del médico, es importante ponerse en contacto con un despacho de abogados en negligencias médicas, para que se encargue de llevar a cabo las pertinentes investigaciones que pueden desencadenar en compensaciones económicas. 

Por ejemplo, una de las evidencias clave es la documentación que el personal sanitario y médico haya provisto al paciente, además de los análisis y estudios que se realizaron, entre ellos los de sangre y de orina, las radiografías, y cualquier otro que hubiera sido requerido en su momento. 

Como parte de un proceso legal tendiente a establecer si el profesional de la salud cometió un error diagnosticando o intervino incorrectamente, esas pruebas deben ser mostradas a un Juez, algo que de forma automática recomendará el letrado experto, buscando otros indicios de equivocación que pudieran reforzar la hipótesis acusatoria sobre el médico, a fin de obtener una indemnización por negligencia médica. De ahí la importancia de recurrir siempre a abogados para negligencias médicas con experiencia previa, que hayan abordado litigios similares, y tengan por tanto acceso a recursos para resolver los casos a favor de su defendido.

Aunque las infecciones urinarias pueden parecer un problema menor, no por ello están exentas de reclamación por nuestra parte, al igual que otras muchas consecuencias que podemos padecer tras una negligencia médica por la que, no olvidemos, podemos recibir una compensación económica. 

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