Cuando acudimos al médico o a urgencias, lo hacemos con la confianza de que pueda tratar nuestras dolencias. Desafortunadamente, en ocasiones no es así: no siempre sale todo como esperamos y a veces, una intervención o la simple suministración de un determinado tratamiento puede convertirse en una negligencia médica.
Para entender qué es una negligencia, hay que saber en qué se diferencia de un accidente que puede ocurrir a la hora de atender un paciente. Y es que un accidente no se puede prever y no es el resultado de la falta de conocimiento o pericia por parte del médico; si durante una intervención hay alguna complicación o si, al suministrar un tratamiento al paciente este sufre alguno de los efectos secundarios (del que tenía conocimiento), entonces lo más probable es que se trate de un accidente y no de mala praxis médica.
Una negligencia médica implica un error por parte de los médicos, ya sea por falta de conocimiento, por no hacerle las pruebas pertinentes, por dejadez al proporcionar atención médica, etc. En esos casos, el paciente tendrá la posibilidad de reclamar por los daños sufrido.
Consecuencias para los familiares del paciente
Los familiares del paciente que sufre una negligencia médica también se ven afectados desde el punto de vista emocional.
Muchos familiares sufren ansiedad y desasosiego ante este tipo de situación, llegando incluso a presentar síntomas de depresión; además se sienten indefensos e impotentes al no poder ayudar al afectado y su confianza hacia la sanidad va perdiendo valor.
Tras una mala praxis médica, dependiendo del estado en el que se encuentre la víctima, puede que los familiares tengan que cuidar de él: ayudarle con las tareas cotidianas, llevarle a fisioterapia, etc.
Finalmente, hay que tener en cuenta el lado económico, pues puede que el paciente sufra una incapacidad temporal debido a la negligencia médica, por lo que no podrá acudir al trabajo y quizás los tratamientos que necesite no estén cubierto por la seguridad social.
¿Cómo suele reaccionar el paciente en estos casos?
Es habitual que, tras sufrir una negligencia médica, se pierda la confianza que el paciente procesaba al personal sanitario.
Las secuelas físicas que produce una negligencia médica son obvia, pero las consecuencias psicológicas o daños morales (o lesión simbólica) pueden variar, al igual que pueden durar mucho tiempo.
Por todo esto, muchas de las víctimas se inclinan por contratar abogados especialistas en negligencias medicas con la intención de reclamar por el daño sufrido.