Indudablemente, la muerte fetal es una de las negligencias médicas más graves que puede cometer un profesional. Por terribles que sean estas situaciones, como abogados especialistas en negligencias médicas nos vemos en la obligación de comentar todos aquellos aspectos relacionados con ellos que deberían considerar las familias víctimas de esta actuación negligente.
En efecto, se trata de uno de los traumas más graves que puede experimentar una mujer (o los padres, en general), tanto sea durante el embarazo como en el instante mismo del parto. Y es que un desenlace fatal no sólo supone la pérdida de la vida del feto, sino también todo tipo de consecuencias a nivel fisiológico y nivel psicológico para la madre.
Y es que, aunque no hay riesgo latente de fallecimiento de la madre, al producirse una muerte fetal pueden darse posteriormente trastornos que obliguen a la inducción del parto o la extracción por cesárea, todas situaciones delicadas que, por esta razón, necesitan del acompañamiento de un despacho experto en este tipo de negligencias.
Diferencia entre aborto espontáneo y muerte fetal
Antes de entrar en más detalles, es importante aclarar que no deben confundirse estos dos conceptos tan comunes: si la muerte se produce en las primeras 20 semanas, hablamos de aborto espontáneo; cuando el fallecimiento tiene lugar desde ese momento en adelante, se le considera una muerte fetal, que a su vez se divide en muerte fetal temprana (semana 20 a 27), muerte fetal tardía (semana 28 a 36) y muerte fetal a término (desde la 37 semana en adelante).
Además, debe aclararse que se emplea el término feto hasta que el niño o niña sobreviva 24 horas fuera del vientre. Esto quiere decir que una muerte fetal puede ser aquella que se produce en las 24 horas siguientes al parto.
Causas de la muerte fetal y mala praxis
Las causas de la muerte fetal son diversas, y las más frecuentes cambian según el estadio del embarazo. Precisamente, a fin de anticiparse a estas circunstancias, es por lo que se llevan a cabo pruebas médicas en el embarazo.
Los profesionales de la salud deben evaluar cuestiones como el movimiento del feto, su ritmo cardíaco, la presencia de líquido amniótico o de sangrado vaginal, e incluso síntomas que exprese la madre, como dolor abdominal intenso.
La incorrecta realización de estos estudios, o la negligente evaluación de la información que arrojan puede suponer una mala praxis, y que sea ésta la causante de la muerte fetal, lo que a su vez indica la responsabilidad médica.
Abogados especialistas en negligencias médicas, la mejor solución
Como evidentemente los padres no tienen por qué conocer todos los detalles sobre las pruebas y exámenes específicos, es indispensable que, ante una muerte fetal, intervenga un abogado especialista en negligencias médicas en el embarazo y parto.
Al estar permanentemente en contacto con episodios como los aquí descritos, desde Hidalgo Fernández Abogados podemos hacer todas las evaluaciones pertinentes y demostrar la responsabilidad o culpabilidad del centro o médico que te atendió. Todo ello independientemente de que estemos hablando de la sanidad privada o pública.
La acción del abogado debe ser inmediata, tanto para respetar los plazos que establece la ley en esta clase de incidentes como para poder recabar cuantos más datos y testimonios sea posible.